En el mejor de los casos, nos preocupamos por la salud de nuestra vagina o la de nuestros pechos, pero pocas veces tenemos en consideración a los ovarios. Pero sin ellos, por ejemplo, sería imposible reproducirnos.
Por este motivo (entre muchos otros), es recomendable que todas las mujeres conozcan a sus ovarios para asegurar un buen cuidado de ellos...
Grandes productores
Los ovarios segregan dos hormonas: el estrógeno y la progesterona. Estas preparan al cuerpo de la mujer durante la pubertad para que esté apto para reproducirse: determinan la llegada del período, crecen las mamas, amplían las caderas y acondicionan al útero para la concepción.
Cambian su tamaño
A diferencia de otros órganos, los ovarios cambian de tamaño, principalmente con la edad y el período. Su tamaño normal es de 3 a 5 centímetros de largo, pero cuando se preparan para ovular cada mes se extienden un poco.
Luego vuelven a su tamaño original y cuando llega la menopausia, ya no experimentan estos cambios.
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Sufren por estrés
El proceso de ovulación se ve muy afectado por el estrés o la pérdida de peso. Cuando el cuerpo está bajo demasiada presión por acontecimientos movilizantes como la muerte de un ser querido, problemas laborales, o pierde mucho peso, los ovarios no liberan óvulos porque asumen que el cuerpo no está en condiciones de reproducirse.
Pueden ser los culpables del acné
Debido a que los ovarios cumplen un papel fundamental en el equilibrio hormonal, cuando ocurre un desbalance, una de sus manifestaciones es el acné. Con ciertas condiciones como el síndrome de ovario poliquístico los niveles de estrógeno, progesterona y testosterona se alteran mucho.
El exceso de testosterona produce acné, también crecimiento de vellos en zonas típicamente masculinas y fluctuaciones en el peso.
Están a favor de la píldora
Según un estudio de la Sociedad Americana de Cáncer, las pastillas anticonceptivas (principalmente las que incluyen estrógeno y progesterona) pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer de ovarios.
Los ovarios pueden ser muy poco amigables durante el período, ya que a veces provocan insoportables dolores y calambres con los que no es para nada fácil lidiar. De todas maneras, son esenciales para la reproducción y por eso necesitamos cuidarlos igual que al resto de los órganos femeninos.
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