¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA DEPRESIÓN?
La depresión es un trastorno del estado de ánimo. Su principal síntoma es un estado de abatimiento e infelicidad que puede ser permanente o temporal.
Según estudios, las mujeres son más propensas a sufrir de esa enfermedad, pues por cada hombre depresivo, hay dos mujeres con depresión.
La depresión (del latín depressio, que significa ‘opresión’, ‘encogimiento’ o ‘abatimiento’) es el diagnóstico psiquiátrico que describe un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana (anhedonia). Los trastornos depresivos pueden estar, en mayor o menor grado, acompañados de ansiedad.
Es importante que las personas sepan que si la depresión es detectada a tiempo, hay muchas posibilidades de ser curada.
Los síntomas principales de la depresión son:
–Mucha Tristeza: Aparece sin motivos o tras un acontecimiento significativo e interfiere negativamente en la vida cotidiana, tanto en lo social como en lo familiar y lo sexual. Es una sensación muy profunda, arrasadora. Tanto que sientes que pierdes el placer de vivir. Muchas veces te sientes incapaz de brindar amor o afecto, lo cual aumenta sus sentimientos de culpa.
Un dato: el 15% de los deprimidos termina suicidándose.
– Desgano: Te gana la apatía, no tienes ganas de nada (ni siquiera de vivir) y nada te procura placer.
–Ansiedad: Cuando la ansiedad prima en el cuadro clínico, estamos frente a una depresión ansiosa. Por lo contrario, cuando predomina la inhibición, se trata de una depresión inhibida; quienes la padecen son personas malhumoradas, irritables, agresivas.
–Insomnio: Tienes problemas para dormir y además te despiertas temprano y de mal humor.
En algunos casos puede presentarse la hipersomnia (exceso de horas de sueño).
–Alteraciones del pensamiento: Imaginas tener enfermedades de todo tipo; surgen ideas pesimistas, fuertes sentimientos de culpa, obsesiones, la memoria se debilita y la distracción se torna frecuente.
–Alteraciones somáticas: Por lo común surgen dolores crónicos o erráticos así como constipación y sudoración nocturna. Se experimenta una persistente sensación de fatiga o cansancio.
–Alteraciones del comportamiento: Tienes la sensación de vivir arrinconada. Puedes estar quieta, de manos cruzadas, o explotar en violentas crisis de angustia o en ataques de llanto por motivos insignificantes. Te resulta difícil tomar decisiones y disminuye el rendimiento en el trabajo.
–Pérdida de apetito y peso: Casi siempre pierdes el apetito y, en consecuencia, provoca la disminución de peso.
–Pérdida del placer: En lo sexual, se llega a la frigidez en la mujer; también disminuye y tiende a desaparecer el contento en el trabajo, en el deporte y en los juegos y otras actividades que anteriormente le eran gratificantes.
–Disminución de la energía: Se produce un cansancio injustificado, a veces con variaciones durante el día, muy a menudo más acentuado por la mañana. Las personas afectadas suelen sentirse más fatigadas por la mañana que por la tarde.
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